ESTEBAN COBO
Un momento de la representación de "El cementerio
de automóviles", el viernes por la noche en Santander
ANA GÁMEZ
El Centro Dramático Nacional (CDN) estrenó la
noche del viernes pasado "El cementerio de automóviles",
de Fernando Arrabal, la obra más conocida -y en su día
escandalosa- de este dramaturgo singular que se define como "feo,
católico y sentimental".
El escritor, de 68 años, se presentó en el palacio
de Festivales de
Santander completamente de negro, con la única nota de
color de un pañuelo de lunares anudado al cuello. Arrabal
mostraba su satisfacción por el montaje realizado por
el director del CDN, Juan Carlos Pérez de la Fuente, y
se mostró convencido de que este espectáculo será
un "mito y un hito" en la historia del teatro español.
En esos momentos recordaba seguramente la única vez
que su obra se
representó en España, en 1978, de la mano del dramaturgo
argentino Víctor García. El estreno pasó
sin pena ni gloria, salvo por el polémico desnudo de su
actriz protagonista..
"Esta pieza ha tenido direcciones y tramoyas extraordinarias;
tanto, que ni
yo mismo me reconocía en mi obra", comentó
irónico el escritor. Pero sí
aseguró, encantado, reconocer ayer "al muchachito
que yo era cuando la
escribí".
Paseándose de un lado a otro del escenario de la sala
Pereda del palacio de
Festivales, Arrabal siguió desgranando su discurso de
recuerdos y
agradecimientos, y llegó a la conclusión de que
"las cosas ocurren cuando
tienen que ocurrir".
Así, lo que ha ocurrido es que por fin ha visto reflejado
sobre un
escenario el espíritu del texto que escribió en
1957. Pero el dramaturgo no
dejó pasar por alto, entre sorbo y sorbo de petaca, que
este hecho
extraordinario se ha producido un 25 de agosto, día en
que se celebra no
sólo la festividad de san José de Calasanz, patrón
de los Padres
Escolapios, con los que estudió, sino también el
centenario de la muerte de
Nietzsche.
El mismo Arrabal se llevó "¡bravo!, ¡bravo!"
al aparecer los responsables
del montaje y los siete actores principales, con Alberto Delgado,
Carmen
Belloch y Paco Maldonado a la cabeza.
Jardín de chatarra
Todos ellos se pasearon durante la hora y media que dura el
espectáculo por un decorado fijo, de tonalidades grises
y polvorientas, formado por cinco coches en hilera y un sexto
situado en un plano superior, sobre una tarima.
Un ambiente opresivo, definido por Arrabal como "el jardín
de la chatarra
de las delicias y los delirios humanos". En el texto se
adivinan los
símbolos e influencias de aquella España inmersa
en la dictadura y el miedo de los años cincuenta, y se
evidencian a las claras las referencias
religiosas tan del gusto de su autor.
"El cementerio de automóviles", con un coste
de 35 millones de pesetas, se ha incluido en la 49.ª edición
del Festival Internacional de Santander
(FIS) . Se trata de la primera obra de Arrabal que representa
el Centro
Dramático Nacional en los últimos diecisiete años.
Ahora, tras su puesta en marcha en la capital cántabra,
la obra inicia una peregrinación que la
llevará por una quincena de ciudades españolas.
|