DIALOGUE:

30/10/2001


CONVERSACIÓN
ARRABAL HOUELLEBECQ

Hacía tiempo que un buen escándalo no sacudía el mundillo literario europeo. Políticamente incorrecto donde los haya, irreverente y provocador, el novelista francés Michel Houel-lebecq lo ha conseguido: todos braman contra él. Abrumado por la polémica que envuelve a su última novela, Plataforme, tachada de racista, pedófila y de apología del turismo sexual, Houellebecq no concede entrevistas desde hace dos meses. Sólo ha conversado con Fernando Arrabal, que considera la novela como “el tratado de moral y el poema lírico de nuestro tiempo”. Después de todo, como dice Houellebecq, “sólo el silencio es asesino, racista y obsceno”. Por cierto, Arrabal y Houellebecq se fotografiaron mutuamente mientras conversaban, acompañados por Clément, el perro del francés.

 

-Fernando Arrabal:
Según la prensa internacional –desde The New York Times a Spiegel– “los editores de Houellebecq le tienen prohibido acercarse a menos de cien metros de la Prensa” (M. Stouvnot). Desde el 5 de septiembre usted no acepta (¿o no puede aceptar?) entrevistas. ¿Temen sus editores que...
-Michel Houellebecq: ... nada tienen que temer. No soy realmente una persona valiente.

-A: El coraje no me parece una virtud. En Liberation Catherine Millet se queja de que su editor haya presentado “excusas lamentables a los que le quieren eliminar...”
-H: ... y eso que, en cabeza de la lista de best-sellers, su libro sigue al mío.
[Reímos mientras Clément, su corgi, mordisquea la bonita caja numerada que encierra un “swatch”].

-A: Recuerda Millet que a Cattelan –el artista– no le llevaron a los Tribunales hace 2 años cuando erigió una efigie del Papa hecha trizas por un meteorito. Hoy se le veta y vitupera a ud. ¿con la misma radicalidad con que mañana se le ensalzará?
-H: Aunque ocurriera, no lo viviría como una revancha. No he conocido el sentimiento de venganza, ni siquiera cuando en los Campos Elíseos topé con el pobre diablo hecho un vagabundo clochardizado que durante mi adolescencia me torturó en los retretes del colegio.

-A: Pero Miguel, el personaje central de Plataforme, sí piensa en venganza cuando un grupo terrorista de fundamentalistas islámicos asesina a 117 turistas. Miguel halla el cuerpo de su idolatrada Valérie descuartizado y desparramado.
-H: Mucho antes de que usted frecuentara el grupo surrealista –¿en los 60?–, Breton ya había anunciado que “el amor será convulsif o no será”.

-A: Miguel, conmocionado (convulsivement) ante el cuerpo hecho pedazos de Valérie, comprende que ya nunca más podrá levitar entre sus labios. Trastornado por el dolor el personaje de la novela dice la frase que tanto ha escandalizado: “Siento un estremecimiento de entusiasmo cuando me entero de que han matado a un terrorista... Odio al Islam... ha destrozado mi vida”.
-H: No comparto su sed de revancha aunque comprendo que pueda dejarse arrastrar por ella. Pero ¿cómo expresaría su reversión quien ha escrito: “La novela de Houellebecq, monstruosamente difamatoria, es de juzgado de guardia”?

-A: Los neoinquisidores inventan designios entre arreboles y alguaciles. Para mí Plataforme es el tratado de moral y el poema lírico de nuestro tiempo.
-H: Desde hace años usted me juzga con generosidad. Y además con usted puedo hablar (entre otras rarezas) del mayor matemático vivo, Grothendieck. Por eso he declarado que usted, más que ami (amigo), es amithe (mito). A mi propio padre le he visto tan poco en mi vida de adulto... la última vez hace cinco años. No tenemos nada que decirnos.

-A: ¡Pero se llama René! El hombre que le dio la vida era un re-nacido y a usted le puso el nombre del arcángel Miguel. El renacimiento que usted anuncia arcangélicamente también se hará abatiendo al dragón.
-H: Pero no ganando el Premio Goncourt. ¿Sabe que me han eliminado de la lista de finalistas? ¡Por motivos morales!

-A: Peor para ellos.
-H: Se lo concederán, parece ser, a Robbe-Grillet. Con 40 años de diferencia los dos estudiamos en la misma escuela de ingenieros agrónomos. Hasta los veinte años tuve la suerte de haber sido mimado por una mujer extraordinaria: mi abuela, la madre de mi padre, Henriette.

-A: Creo que ese nombre significa “casa del rey”.
-H: Votaba comunista... pero hubiera querido que yo viviera en el más hermoso palacio real.

-A: ¿Qué diría hoy de Afganistán?
-H: Que ese país no estaría donde está si fuera una república soviética.

-A: ¡Con el hombre nuevo!
-H: Pero no con el “hombre moderno”. Nuestro contemporáneo, obsesionado por el trabajo, evita el amor. Acepta el matrimonio pero ignora el arte de amar. Ha creado un sistema en el que es imposible existir.

-A: Su madre... Janine... significa “Dios concede”.
-H: Tengo una hermanastra de su lado. Pero ni con mi madre ni con mi padre he vivido. Hace diez años que no he visto a mi progenitora.

-A: Se dice que prepara un libro sobre usted.
-H: En su época de libertad sexual e izquierdismo duro creo que hizo de todo, incluso un libro anti-colonialista con el seudónimo de Leloutre.

-A: ¡La nutria!¿No se ha convertido al Islam?
-H: Es muy capaz para joder a los demás.

-A: ¿Fue a verle durante sus estancias en clínicas psiquiátricas?
-H: Nadie de mi familia me visitó nunca: mi abuela acababa de morir y yo ya me había divorciado.

-A: Usted ha sido tan desequilibrado familiarmente... que no puede medir su sufrimiento. Hoy es la víctima propiciatoria de las nupcias de justicieros con verdugos. Abierta la veda, es el joven genio al que se le puede sambenitar o escupir en la cara.
-H: Se me acusa incluso de apestar... a “medio mundo”.

-A: Su primera mujer, Jacinthe, ¿era realmente una flor?
-H: Fue un cometa... Nuestra unión duró poquísimo: el tiempo necesario para tener un hijo, Etienne... e iniciar mi largo periplo en claustros psiquiátricos.Tenía apenas 20 años. Pero a los 14 ¡era tan diferente!... fui un superdotado en matemáticas... y hoy, a mis 43 años, tengo que atrofiarme de pastillas para dormir un rato.

-A: Fallecidos muchos de mis mejores amigos como Beckett, Cioran, Ionesco o Topor, hoy usted tiene un lugar esencial en mi vida.
-H: Me gusta hablar con usted de teología, de sexo, de filosofía, de ciencia y de amor... con la gravedad esclarecedora del humor.

-A: Lo que cuenta en Plataforme está más cerca de usted ¿porque lo vio a través del espejo?
-H: Sobre la prostitución hablo en la novela por boca de ganso.

-A: Usted y yo reímos como si nos sirviéramos de un tic nervioso para protegernos. ¿Con su mujer actual, la segunda, Marie-Pierre, ha ido a los clubes echangistes?
-H: Desde luego. Y no crea que siempre lo hizo para... darme gusto... solamente a mí. ¿Se puede identificar al asesino de Crimen y Castigo con Dostoievski o al médico matarife con Calderón?

-A: Sin embargo los correveidiles del ruido y del rumor pretenden que la opinión del personaje de Plataforme, Miguel, es la suya.
-H: Valérie y Miguel conocen la excepción romántica perfumada por la pureza, el altruismo, la ternura y las felaciones con frambuesa.

-A: Pero antes de su regeneración por el amor “Miguel” había sido el prototipo del parásito ¡modesto y moderno!
-H: Fue el típico onanista tesonero, racista sin militancia y soltero sin resistencia. Realizaba una cotidiana peregrinación a un peep-show para cambiarse las ideas y los calzoncillos. Tenía sueños mediocres ¡de color ocre y a veces gris! Para ligar se arreaba un gin-tonic para arriesgar. Y un viagra para no amodorrarse.

-A: A causa de esta novela se le acusa de reaccionario pero le defiende Le Monde. Se le niega por racista pero inicia su novela con el retrato de la seductora Aïcha.
-H: Nunca confundí a los árabes con los islamistas.

-A: Se le calumnia por “pedófilo”, pero la Julieta de Plataforme, la sublime Valérie, no es ninguna lolita sino una treintañera inteligente, antifeminista, experta amante y altruista como tantas hermosas mujeres de hoy.
-H: Y los más obscenamente ateos niegan a los personajes de mis novelas el derecho a tener sentimientos antirreligiosos.

-A: Pero ¡cuántos quisiéramos creer sin las pinzas fundamentalistas del escorpión!
-H: Una religión compatible con el saber científico y la indeterminación cuántica podría devolvernos el encanto embriagador de la divinidad.

-A: Públicamente ha declarado: “La religión más gilipollas es sin dudarlo el Islam”.
-H: En realidad mi divisa y quizás la de usted y la de tantos sedientos de fe y de ciencia sería: “No juremos su Santo Nombre en vano”.

-A: ¡Usted y yo, como Umberto Eco, que el otro día estuvo en casa, somos africanos! En efecto usted nació junto a Madagascar y yo en Melilla. Y Eco en Alejandría.
-H: El Miguel de Plataforma lamenta vivir en uno de estos países “civilizados” donde muchos seres dan prueba de indiferencia y a veces de crueldad. El libertinaje implantado a presión a partir de los 70 ha provocado la desilusión del mundo que se autoproclama “civilizado”.

-A: Pero usted cree que el altruismo es la virtud humana capaz de anegar el espanto de los hombres. Por ello sus personajes se rinden a la ternura... y cuando no la encuentran recurren al “turismo sexual”.
-H: Es el viaje de los desconsolados en busca de consoladores: ¡el porvenir del mundo!... pero también la eutanasia de los países más prósperos. Mujeres y hombres ricos recurren cada vez con menos complejos a los servicios sexuales de los países del tercer mundo (como Cuba). Por cierto me gustaría visitar a Fidel Castro. Tengo una proposición económico-sexual que puede salvar financieramente a la isla.

-A: En nuestras sociedades ¿cree que somos tan desgraciados como amorosamente frustrados?
-H: Vivimos entre “alguaciles psiquiatras” y policías del “hay que hacerlo todo”... Frente a nosotros hay miles de millones de individuos que sólo pueden vender su cuerpo. ¡Es una situación ideal de cambio!

-A: ¡En un alboroto contenido de miserias! La Ilíada es una historia divina y humana (como Plataforme) cual fatalidad de la existencia irónica.
-H: Recuerde que el personaje central de Lanzarote escribe al narrador: “La sexualidad es una potencia superior... He decidido hacerme religioso renunciando a una forma de libertad individual... Sé que el mundo lo interpretará como un dramático fracaso personal”.

-A: Lo verdadero no es verosímil a pesar de que lo verosímil no es la verdad.
-H: Llevamos en nuestros adentros a un traidor: la vanidad que desaparece a la sombra de Dios.

-A: Seguramente se puede llegar al conocimiento tras caer en el abismo. Y como la realidad es una impostura y el mundo una ilusión, los cofrades del “policía humanista” de uno de sus libros organizan orgías pías. Participan en familia de este erotismo sagrado y sin consideraciones de edad, sexo o lazos de familia.
-H: Podemos soñar contra la lógica y contra el propio pensamiento. Los ancianos disponen de la belleza y de la gracia porque se acercan a Dios.

-A: Hoy la falsificación sienta plaza de autenticidad en el mejor de los mundos virtuales. Las últimas páginas de Plataforme acontecen en el futuro, como sucedió ya en Las partículas elementales y en Lanzarote.
-H: No creo que ningún crítico haya hecho hincapié en este salto temporal significativo.

-A: Los trotamundo no lo vieron y los otros sólo pueden visitar las sombras del vacío. Pero la literatura es el espejo de la época.
-H: Plataforme apareció en las librerías 18 días antes de la destrucción de las Torres Gemelas...

-A: ... del Martes de Cenizas. En medio de la información desinformadora el escritor, como dice nuestro amigo Kundera, ejerce el don de observación y tiene el deber de transmitirnos sus risas y sus incertidumbres.
-H: Sólo el silencio es asesino, racista y obsceno; se calla, incluso en las familias, para mejor expoliar a los indefensos y matar a los ancianos.

-A: Cuando el novelista, usted, alcanza el arrabal extremo de la lógica, el mundo comienza a crearse a su imagen y semejanza.
-H: El eslabón frágil de la sociedad musulmana es el chocho (la chatte en francés): es el valor estratégico.

-A:Lo débil del débil es el sexo del“sexo débil”.
-H:Un misil bien dirigido podría destruir para siempre la piedra negra de la Meca.

-A: Esto es la peor provocación.
-H:A mi abuela le horrorizaba el escándalo. Como a mí me horroriza hoy. Soy un hombre de orden.No puedo imaginar una sociedad viable sin el eje de una religión.

-A: ¿Sueña con un gobierno mundial anclado en la bondad y la fraternidad? Los precursores no nacen para las pompas, sino el halagador.
-H: Una sociedad regida por los principios de la moral duraría tanto como el universo.

-A: Y, sin embargo, se le tacha de “negar al hombre”.
-H: Los neokantianos defenderán mis ideas cuando concluya el reflujo (¡y el embrujo! añado) del pensamiento nietzchiano.

-A: A Grothendieck, René Thom, Hawking, Prigogine, Trinh Xuan Thuan, o a los filósofos, artistas y científicos preocupados por la trascendencia ¿qué les pediríamos?
-H: Que nos fijen las condiciones de una antología posible.

-A: De las propiedades del ser...
-H: Clément, ¡va a cambiar al mundo!

(Cuando estoy en la puerta, Clément, su perro, intenta convencerme con su mirada humana pero... ¿de qué?).