La Semana de Cine Experimental de Madrid ofrece la oportunidad
de ver la obra cinematográfica de Fernando Arrabal, quien
a sus 67 años apareció brillante, pletórico
de fuerza y tan apasionado como siempre. «Hubiese querido
ser pintor, pero mi mano no tenía la habilidad de la de
mi abuelo, mi padre o mi hermano, que eran grandes. Yo sólo
logro que mi idea quede clara en los "story board"».
MADRID. José Eduardo Arenas
Dice que la retrospectiva que le dedica el Festival de Cine Experimental,
que empezó anoche, no se la merece ni remotamente, «como
tampoco los otros homenajes que se están celebrando en
varias partes del mundo. Los últimos en Boston, Praga
y Nueva York».
-Ese rasgo de modestia no ayuda demasiado a su obra.
-Me refiero a que en estos momentos en que el cine español
está triunfando en todos los aspectos, y a nivel mundial,
no creo que mi obra interese en España.
-Entre sus siete largometrajes que se van a proyectar estos días
esta «El cementerio de automóviles», basado
en una obra suya del mismo título. ¿No cree peligrosa
la conversión de una obra de teatro en cinematográfica?
-Es verdad. Incluso le digo a los productores por qué
producen mis películas si son obras muy particulares,
pero me dicen que funcionan en el extranjero, no aquí.
Mi cine está inspirado por los actores, gente como Juliette
Bertó. Para mí hacer cine es muy doloroso, siempre
lloro en algún momento.
-¿Qué situación o sentimiento le provoca
el llanto?
-En mi primera película, «Viva la muerte»,
el hecho de que estuviera basada en mi propia vida, en la muerte
de mi padre, en una infancia sin su figura. En ese filme se exploran
las zonas más oscuras del mi subconsciente, de mi universo
personal. y era muy difícil hacerla. Hay un momento tan
doloroso en el cine que te quita las ganas de hacerlo.
-Siete películas en 30 años, ¿no le parecen
pocas?
- Por supuesto. Realmente nunca he estado en contacto con el
mundo cinematográfico ni soy una persona experta. Sin
embargo, es curioso que haya aspectos técnicos, como el
plano español, que sean utilizados en las escuelas europeas.
Había el primer plano, el plano americano y, entre los
dos, el español que termina en el pecho. Plano español
o plano Arrabal. No sabía nada de los nombres técnicos.
La primera vez que pedí un «traveling» le
dije que quería que se resbalara la cámara.
-¿Cómo se siente cuando tiene que dirigir a un
equipo?
-Muy pequeño. Se me ha tratado
siempre demasiado bien. Será porque soy pequeño,
como le digo, y feo piensan que tengo un encanto loco. Debo mucho
a los actores. A Spike Lee, Nuria Espert, Mickey Rooney, por
ejemplo. Cuando filmé con él me comentó
que tenía muchas ganas de trabajar conmigo. Creí
que era porque conocía mi obra literaria, pero dijo que
era porque por fm veía a un director de tamaño
humano. Estábamos en América y los directores eran
más altos que yo. Me dan gusto y disgusto, gracia y desgracia.
-¿Le gustan las nuevas tecnologias?
-Me gusta mucho y estoy al corriente de los avances. Una de las
mejores páginas web que existen es la mía, creada
por Franziska Merget y es http://www.arrabal.org También
me gusta recibir «emiios». ¿Sabe que se están
remasterizando mis películas para que salgan en DVD?
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