BILBAO. Fernando Arrabal, quien participó ayer en Bilbao
en unas jornadas literarias sobre el personaje de la Celestina,
defendió que la sociedad española ha evolucionado
tanto que «ya no hacen falta alcahuetas, cada cual se lo
monta a su manera», aseveró el escritor.
El controvertido y galardonado escritor, autor, entre otras conocidas
obras, de la «Carta al General Franco», clausuró
en el Palacio Euskalduna el ciclo «Mitos Universales de
la Literatura Española» que, organizado por la sociedad
estatal España Nuevo Milenio, se ha desarrollado en varias
ciudades desde el 21 de marzo.
En su línea habitual de expresión, yen declaraciones
a Efe previas a su disertación en público, Arrabal
(Melilla, 1932) comentó que «las Celestinas»
se encuentran actualmente «en los lugares a los que acuden,
para bailar quienes tienen cáncer de próstata,
de cojones, de testículos».
Fernando Arrabal y Alfonso Sastre, ayer en Euskalduna
Jauregia
(Foto Efe)
Dijo no conocer «en absoluto» quién es el
personaje de Fernando de Rojas, y aseveró: «Sólo
puedo hablar sobre Celestino, que es el nieto de mi tercera esposa,
que es prostituta como las otras dos». Respecto a si considera
que la juventud se siente atraída o no por este tipo de
cuestiones puso en duda Arrabal de que haya gente joven «en
este país», porque, argumentó, <tenga
usted en cuenta que actualmente fomica todo el mundo con filtro,
ya no tienen falos, tienen falitos, pitos, como se decía
en mi infancia».
Se mostró reacio el escritor a revelar a qué dedica
su actividad, aunque dejó claro que él nunca trabaja,
«no me insulte, caballero, trabajar es una tortura»
-significó-, y, ante la insistencia del periodista en
conocer qué tiene entre manos, ironizó: «En
estos momentos mi "polla"» (sic).
En la misma reunión literaria, Raúl Guerra Garrido
reivindicó la importancia de Celestina porque, expuso,
«fue, sin duda alguna y con independencia de cualquíer
calificación moral, una mujer trabajadora y valiente».
Eukene Lacarra testimonió que «lo ilegitimo del
amor, la alcahuetería, está perfectamente representado
en Celestina», mientras que Julio Rodríguez Puértolas
señaló que los «hombres y mujeres del inframundo.
celestinesco son dignificados por primera vez en la Literatura
y elevados a una categoría en verdad humana, esto es,
trágica».
Javier Huerta se refirió al «papel destacado»
del personaje de la Celestina en el teatro español de
diversas épocas, y Alfonso Sastre ahondó en un
trabajo suyo sobre este asunto, localizado dos siglos después,
en el XVII, y centrado en una gitana.
Por su parte, Gustavo Martin Garzo resaltó que la Celestina
es «una profesional en lo suyo, es la que da el procedimiento
para que uno pueda encontrar el pla-cer, la alegría sorteando
todos los obstáculos que la vida plantea».
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