El rebelde en la escena
Fernando Arrabal escribe sobre la injusticia
La hija de King Kong
Fernando Arrabal, .
Barcelona, 1988. 213 páginas. 975 pesetas.
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LEOPOLDO AZANCOT
Por más que creamos haber superado,
en cuanto españoles, ciertas actitudes negativas de honda
rai de su nacimiento gambre en nuestro país, la verdad
es que las mismas persisten, para mal de todos. Una de esas actitudes
negativas de que hablo es la adoptada comunitariamente cada vez
que compatriota la mayor parte de las veces, ninguneado
previamente aquí triunfa en el extranjero : se le
ignora, cuando ello resulta factible, o bien generalmente,
después de acepta como a regañadientes su
exito, al tiempo que se le hace notar "que no es totalmente
de los nuestros".
Una y otra cosa, sucesivamente, le han sido hechas a Fernando
Arrabal, que es no sólo el mas conocido internacionalmente
de nuestros escritores, sino tambien uno de los más grandes
hoy en ejercicio. Y que no se nos diga que Arrabal es un excritor
francés porque muchas de sus obras fueron escritas
en dicho idioma -, pues poco representan hoy una de las dos polaridades
de lo español con tanta pasión, con tanta noble
violencia y con tonta hondarez como este dramaturgo y novelista
que, nacido en Melilla en 1932 y víctima interior de la
guerra civil, se exilió a París con 22 años
y desde allí se dio a conocer al resto del mundo.
La hija de King Kong narra la historia con constantes referencías
a la biografía de Cervantes - de una muchacha que, tras
escapar del hospicio donde vivió desde su nacimiento, se
inicia en la prostitución, mata al proxeneta que la condujo
a esta actividad y a un cómplice suyo; marcha a Nueva York
para escapar de la banda dedicada a la trata de blancas que la
explotaba, se une a un grupo de cíneastas que planean hacer
una versión moderna del Quijote y acaba por abocarse a
la eternidad, identificada con el hidalgo manchego, en compañía
del jefe de sus antiguos explotadores, metamorfoseado en Sancha
Panza.
Diversiones
¿Qué significado puede tener esta historia, por
otra parte totalmente autosuficiente, divertida,, llena ejercicio.
Y que no se nos diga de suspense y de agudas notacioque Arrabal
es un escritor francés nes psicológicas? La respuesta
a tal pregunta nos la da el proprui Arrabal en su libro, cuando
dice : "Preguntando a mis recuerdos me hoy una de las dos
polaridades de afirmaba en el sentimiento de que el mundo en general
y la Residencia en particular, entrelazados con las mismas nomas
tácitas, estaban regidos por el mismo secreto mandato"
(página 156); y cuando prosigue : "La muerte avivaba
en mí el ansia de muerte, pero el recuerdo de la vida de
Cervantes estimulaba en mí el ansia de la vida" (página
173). Lo que implica que La hija de King Kong constituye una virulenta
denuncia de un mundo el nuestro regido por leyes radicalmente
injustas, encubridoras y justificadoras del mal la Residencia
de la cita primera es un lugar de encuentro de la alta prostitución
internacional , hecha por hombre, Arrabal, que asume hasta la
exasperación el papel de rebelde a las normas encarnado
durante siglos por una de las dos Españas. Y lo que implica,
además, que en esta novela fulgurante se da una afirmación
del arte como instrumento de salvación la triste vida de
Cervantes queda justificada por su obra genial , sin parangón
posible en el ámbito de la literatura última. El
patético final del libro, que muestra a la víctima
y a su verdugo al fin reconciliados tras haber sido puríficados
por la experiencia , nos permite aquilatar cumplidamente el caracter
dramatico que la escritura de este libro debe de haber tenido
para su autor : Arrabal se enfrenta encarnizadamente, en su arte
y en su vida, con un enemigo al que secretamente ama ; al que,
sin confesárselo, aspira a redimir.
Desde un punto de vista estrictamente técnico, La hija
de Kíng Kong es admirable. Ante todo, por la riqueza de
su fabulación, siempre fresca, nunca repetitiva, en todo
momento inesperada y sorprendente. Luego, por su enorme creatividad
verbal: el tibro está escrito con un tono arcaizante que
no tiene nada de pastiche, que es fruto de la voluntad de remover
la lengua castellana desde sus origenes, o casi, a fin de hacerla
escapar de la reificación que hoy padece. Y para terminar,
por la agudeza de su visión psicologíca: retratos
impresionantes del macho medio, de la mujer sometida, de la mujer
rebelde; análisis en imágenes de la manipulación.